El pasado mes de febrero, se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la VII Conferencia y Asamblea General de la Red Global de Academias de Ciencias (IAP), organización mundial de la que forma parte la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Esta reunión tuvo una doble importancia para México. Primero porque el tema central que convocó este año a las Academias de los 105 países participantes, constituye uno de los desafíos más apremiantes a nivel global, en particular para las naciones en desarrollo como la nuestra: “El papel de la ciencia en la erradicación de la pobreza y el desarrollo sustentable”. Además, porque tras la votación realizada en la Asamblea, se eligió a nuestro país para continuar por un segundo periodo dentro del Comité Ejecutivo de esta organización científica mundial, posición que ya había sido obtenida desde la reunión celebrada en Londres en 2010.

Queridos amigos: Ciencia, como otras revistas cuyo objetivo es generar una sociedad mexicana sólidamente informada en materia científica, está de plácemes. Fuimos recientemente informados de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) había decidido hacer un Índice de Revistas de Divulgación. Nuestro júbilo fue aún mayor al saber que Ciencia hoy forma parte de ese índice.

¿Por qué dedicar un número de Ciencia a la amibiasis?

En el artículo “Antecedentes de la amibiasis en México”, en el presente número de esta revista, el doctor Adolfo Martínez Palomo nos presenta reportes que indican que desde hace muchos años esta enfermedad ha sido un problema de salud constante para una gran parte de la población mexicana, la cual solamente en los casos más severos acudía al médico. Las diarreas frecuentes eran un malestar al que no se le daba mucha importancia. Estábamos acostumbrados a oír a mucha gente decir que les dolía el estómago y habían tenido diarrea, o episodios de diarrea y estreñimiento. Estos síntomas no impedían que estas personas, y muchas otras, aparentemente saludables, disfrutaran de comidas preparadas y servidas en las calles o en sitios en donde la higiene en su preparación era muy dudosa.

El Instituto de Matemáticas de la UNAM a 70 años de su fundación

Cuando el doctor Javier Bracho, director del Instituto de Matemáticas, me pidió hacer un recuento sobre la historia del Instituto, lo primero que vino a mi mente fue: “¿Y yo por qué?” E inmediatamente me llegó una respuesta: es que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Y aunque no soy el más viejo, caí en cuenta de que habían pasado ya cincuenta años desde que puse el pie por primera vez en recintos universitarios. Mi padre me llevó a San Ildefonso a informarme sobre la inscripción a la Prepa. Todavía era la Prepa 1 y ahí me llevé mi primera sorpresa: mi padre me presentó nada menos que a Carlos Graef, que aún era profesor ahí. Luego de ello, mi padre y yo recordamos lo que Sotero Prieto –mi tío Sotero– decía: “Los tres cerebros más brillantes de México son Alberto Barajas, Nabor Carrillo y Carlos Graef ”. Fue entonces que empecé a conocer a los grandes que echaron a andar las matemáticas en México y fundaron este Instituto.

Axolotl Ax , letra por letra

El axolotl o ajolote es un anfibio asombroso que fascina a los pueblos que han habitado en su área de distribución, y también ha capturado la atención de muchas personas alrededor del mundo. Esto se debe a que esta salamandra posee características únicas y muy especiales. Por ejemplo, su condición micro-endémica (un organismo es endémico cuando solamente se encuentra en una localidad o región del mundo; en este caso, el axolotl sólo se distribuye en algunos cuerpos de agua en el Valle de México), o su capacidad de reproducirse conservando sus características de larva o joven (estado neoténico). ¿Y qué decir de su peculiar cualidad de regenerar ciertos órganos y miembros de su cuerpo (patas y cola), además de ser considerado un alimento suculento desde épocas prehispánicas hasta nuestros días, con propiedades medicinales y afrodisiacas?

La separación entre la ciencia y el derecho

Afinales del año pasado David A. Harris, profesor de la Universidad de Pittsburgh, publicó su libro Failed evidence. Why law enforcement resists science (Nueva York, New York University Press). Se trata de un interesante e importante texto que se adentra en el tema anunciado en su título. Es una fuerte crítica a las malas relaciones entre el derecho y la ciencia o, más puntualmente, a lo que sucede entre quienes tienen a su cargo la investigación, persecución y sanción de los delitos, y la comunidad que produce los conocimientos científicos.

Se cuenta con antecedentes de amibiasis desde la Colonia. Asimismo, se sabe que en el siglo XVIII el absceso hepático, muy probablemente amibiano, hizo estragos en la población de la ciudad de México, y que en el XIX su tratamiento quirúrgico en nuestro país recibió gran impulso. El siglo pasado se caracterizó por investigaciones relevantes y decisivas sobre esta enfermedad.

Pese a que actualmente se conocen mejor los factores de riesgo y las formas de tratar la amibiasis, y aunque hoy se sabe que son 13 los estados de la República que muestran las tasas más altas de morbilidad para amibiasis intestinal y hepática, se sigue sin información precisa sobre la prevalencia de esta enfermedad a nivel nacional.

Hasta el momento, se considera que la especie Entamoeba histolytica es la que tiene la capacidad de inducir mayor daño a los tejidos del hospedero. El diagnóstico y tratamiento oportunos de esta infección pueden evitar formas invasoras extraintestinales o cuadros graves de amibiasis en el intestino.

Aunque muchos aspectos de la relación hospedero-parásito en la amibiasis siguen siendo desconocidos, es bien sabido que el microorganismo que la produce tiene entre sus propiedades la de lisar; es decir, una gran habilidad para destruir tejidos, creando lesiones de tipo ulcerativo en el intestino, o de tipo necrótico en órganos como hígado, pulmón o cerebro.

La investigación de Entamoeba histolytica comenzó cuando el parásito fue identificado en muestras de heces y en tejidos humanos infectados, lo que permitió hacer una detallada descripción de sus componentes. Se logró entonces estudiar su morfología y la estructura interna de sus dos etapas biológicas: la amiba o trofozoíto y el quiste.

El adelanto de la biología molecular ha permitido observar el genoma de Entamoeba histolytica –el total de la información genética contenida en su ADN–. Estos estudios representan sólo la punta del iceberg, por lo que será necesario continuar con las investigaciones para encontrar la mejor forma de controlar a este parásito y las enfermedades que produce.

• 30 años de Domingos en la ciencia
• Cuatro medallas para México en Olimpiada de Matemáticas
• Universum, 20 años de divulgación científica
• Elige la SEP a La ciencia en tu escuela para elevar calidad de maestros
• Silvia Torres y Manuel Peimbert, premiados por la SAM
• El Banco de Germoplasma de Yucatán, listo para su apertura
• Miembros de la AMC recibieron Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012
• Enrique Cabrero Mendoza, nuevo director del Conacyt
• Educación, agua y medio ambiente, los temas con más votos en la Agenda Ciudadana 
• Nuevo León, Michoacán y Distrito Federal, ganadores de la Olimpiada Nacional de Biología
• Llegará México nuevamente a la Estación Espacial Internacional
• Murió Flavio Mena, pilar de la fisiología en México
• Arranca el Boletín Electrónico de la AMC
• Falleció Marcos Mazari, pionero de las ciencias nucleares