No temo equivocarme al decir que el término COVID-19 (acrónimo de la expresión en lengua inglesa para la enfermedad por coronavirus surgida en 2019), dicho en cualquier circunstancia, es algo que en la actualidad nos infunde temor y curiosidad al mismo tiempo. Temor por las posibles consecuencias letales que nos podría acarrear el contagio con el virus que la produce (el SARS-CoV-2), y curiosidad porque estamos ávidos de información tanto acerca del patógeno como de las posibles medidas de control, ya sean vacunas o medicamentos susceptibles de ser usados en su tratamiento.

Después de esperar por más de un siglo, nos alcanzó la pandemia, que sólo puede ser equiparada con la de influenza de 1918. A pesar de las diez décadas de avances médicos y científicos que las separan, ambas se presentaron como acertijos difíciles de descifrar. Revisamos brevemente la historia de las pandemias, la estructura del SARS-CoV-2 y los serios problemas que puede causar este nuevo coronavirus en el organismo humano.

Las crisis diversas que la humanidad ha enfrentado han moldeado los rasgos biológicos de sus poblaciones, los cuales inciden en la manera en que los seres humanos respondemos ante estas situaciones. Analizaremos los aspectos ecológicos y evolutivos de la pandemia de COVID-19 como consecuencia de la destrucción ambiental y la reducción de la biodiversidad.

Proponemos que la conservación biológica sea la base para establecer nuevas políticas de salud pública.

La pandemia de COVID-19 ha impactado en forma importante a la atención, la enseñanza y la investigación médica. Este artículo provee una visión de estas tres esferas desde la perspectiva del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, tras su reconversión como un centro exclusivo para atender la contingencia sanitaria.

El 20 de abril de 2020, una propuesta mexicana presentada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas fue aprobada por 179 votos de países como copatrocinadores, para convertirse en la resolución 74/274, con el título “Cooperación internacional para garantizar el acceso mundial a medicamentos, vacunas y equipo médico para hacer frente a la crisis de COVID-19”.

Se requiere una mayor participación del Estado para encarar los problemas generados por la pandemia, dado que el mercado no se encarga de resolverlos. La crisis replantea la globalización y las políticas que la acompañan. Se propone una coordinación entre la política monetaria y fiscal, la regulación del sector financiero y del movimiento de mercancías y capitales, para un crecimiento sustentable.

Al margen de los graves problemas de salud originados directamente por el contagio del coronavirus, en la pandemia que se enfrenta las medidas de aislamiento social han provocado alteraciones en la salud mental y trastornos de sueño en un porcentaje significativo de la población. Una vez identificados estos efectos en las personas, es necesario que sean atendidas en el corto plazo.

El modelado de la pandemia de COVID-19 es un reto en distintas áreas: sanitarias y científicas. El desarrollo de modelos matemáticos debe estar basado en preguntas concretas que consideren explícitamente sus alcances, limitaciones y la incertidumbre asociada al fenómeno. Presentamos un modelo para hacer pronósticos probabilísticos de la presión hospitalaria con base en casos detectados y decesos.

La experiencia con la COVID-19 en distintos países deja tareas pendientes para los sistemas de salud pública y para mitigar los efectos económicos del confinamiento individual. La pandemia nos recordó que somos parte de la naturaleza y que no podemos escapar de ella; no debemos regresar a la normalidad anterior, sino procurar un cambio en nuestra sociedad que sea respetuoso con el planeta.

Algunas enfermedades ocasionadas por agentes patógenos –por ejemplo, la COVID-19– constituyen epidemias emergentes que pueden convertirse en pandemias, como lo estamos viviendo. Éstas surgen como resultado de la estrecha convivencia con animales silvestres que se da con mayor frecuencia por el cambio climático, la sobrepoblación y la invasión y destrucción de los hábitats, entre otras razones.

La pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 ha puesto al mundo entero al borde del colapso económico y de salud. Sorprende la falta de previsión en muchos países, México entre ellos. Tenemos la certeza de que otros eventos similares se presentarán de manera repetida en el corto plazo. Con visión de futuro, proponemos una serie de lineamientos para desarrollar una mejor capacidad de respuesta ante las pandemias.