Número actual
Octubre-Diciembre 2025 vol. 76-4
Portada
Indice
Desde el Comité Editorial
Tejiendo el futuro: nanotecnología en la industria textil
Innovaciones tecnológicas en la uam: una mirada desde el doctorado
Desde las redes
Noticias de la Academia Mexicana de Ciencias
La Sierra de Guadalupe, una fuente de biodiversidad en la Cuenca de México
Tejer o no tejer... Las diversas estrategias de caza de las arañas
Los dientes, una importante fuente de información morfológica y ecológica
Las emociones en la toma de decisiones
Una nueva terapia para la leucemia linfoblástica aguda
Linfocitos T: desarrollo, activación y funciones
Paracetamol, un analgésico popular que no es tan inocuo
Entendiendo el tormento de la cefalea en racimos
“Obesos sanos”, un término equivocado
¿Nos predisponen los genes al consumo de drogas?
Las suculentas y la vista, una relación inesperada
El romero, una planta para el alivio del dolor
Alfred Wallace: científico y militante social
¿Cómo reducir los gases de efecto invernadero de los rumiantes?
La unión hace la fuerza: historia de los líquenes
El control de la temperatura corporal: cuestión de vida o muerte
Relojes moleculares: ¿cuándo aparecieron las especies?
El rábano: de lo comestible a lo nanotecnológico
Artículos fuera de los volúmenes Publicados online
Editorial
Para la Academia Mexicana de Ciencias (amc), la educación, la investigación, el desarrollo y la innovación forman una cadena de valor para impulsar el desarrollo del país en un mundo dominado por el conocimiento.
Por ello, la AMC dedica un esfuerzo considerable a sus programas de educación, promoción y divulgación de la ciencia, como Domingos en la ciencia, Computación para niños, Veranos en la ciencia, Olimpiadas de l a ciencia, La ciencia en tu escuela, y Pauta, que juntos tienen un impacto considerable a lo largo y ancho del país.
En esta ocasión destacaré el programa de Olimpiadas, que promueve el interés de los jóvenes a través de competencias del conocimiento. Actualmente, la AMC coordina las Olimpiadas de Biología y Química, que se organizan desde 1999; la Olimpiada de Geografía, que se organiza desde 2002, y la Olimpiada de Historia de México, que se organizó por primera vez en 2007. Además, la AMC organiza el Concurso de primavera y la Competencia cotorra de matemáticas. En conjunto, estas competencias convocan cada año a cientos de miles de niños y jóvenes en todo el país.
Los ganadores de los concursos nacionales forman las delegaciones que representan a México en competencias internacionales. Hace apenas unas semanas se celebraron las Olimpiadas Internacionales de Biología y Química, así como el Campeonato Mundial de Geografía de National Geographic y la Olimpiada Regional Asia-Pacífico de Geografía. Los resultados de las delegaciones mexicanas fueron excelentes. En el Campeonato Mundial de Geografía, México obtuvo el primer lugar absoluto. En la Olimpiada Regional Asia-Pacífico de Geografía, el equipo mexicano también ganó el primer lugar. En la Olimpiada Internacional de Biología se obtuvieron dos medallas de bronce y en la de Química una mención honorífica.
Por supuesto, debemos resaltar el talento de nuestros jóvenes premiados: nos sentimos muy orgullosos de sus triunfos, que nos permiten vislumbrar una generación altamente competitiva. Estos triunfos, que han sido muy publicitados en fechas recientes, son sólo la "punta del iceberg"; detrás de ellos está el trabajo de muchos profesores, de los coordinadores y organizadores de estas competencias, y los generosos patrocinios de instituciones públicas y privadas que permiten su realización. Para dar una idea de la magnitud del trabajo, mencionaré que todas nuestras competencias se llevan a cabo en diferentes etapas (locales, estatales y nacionales). En la etapa local, contamos con el apoyo de cientos de maestros que inscriben a los niños y jóvenes y que aplican los exámenes, ciudad por ciudad, estado por estado. En la segunda etapa se lleva a cabo el concurso a nivel estatal, contando para ello con una valiosa red de delegados en los estados de la República. Finalmente se lleva a cabo la etapa nacional, generalmente apoyada por universidades públicas de los estados.
Las Olimpiadas de la Ciencia son un ejemplo de lo que se puede lograr sumando esfuerzos y talentos de muchas personas e instituciones e invirtiendo en el futuro de México, que son sus niños y jóvenes.
Juan Pedro Laclette
Presidente de la AMC




