Presentación: El dolor
Para Hipócrates, Platón, Demócrito y Aristóteles (400-300 a. d. n. e.), el dolor era una sensación que estaba asentada en el corazón. Este pensamiento de los griegos antiguos prevalece hasta hoy; por ejemplo, es común escuchar canciones con expresiones como “ese hombre me rompió el corazón” o “me duele el corazón por su partida”. Sin embargo, actualmente sabemos que el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un daño real o potencial al tejido.
Tomó 24 siglos llegar a esta definición, en la cual se pone de manifiesto que el dolor tiene un componente fisiológico y uno emocional. El componente fisiológico comprende la detección de un estímulo doloroso, así como su conducción a la
médula espinal y posteriormente al cerebro. El componente emocional hace que el dolor sea una sensación desagradable que genera angustia y motiva al paciente a ir al médico. Por ello, el dolor tiene una función vital como señal de alarma. No obstante, cuando el dolor se vuelve crónico, se considera una enfermedad per se y no un síntoma de otro padecimiento.
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