Número actual
Julio-Septiembre 2025 vol. 76-3
Portada
Indice
Desde el Comité Editorial
Potencial anticancerígeno en los desechos de camarón
Ventanas fotovoltaicas: el futuro de la energía solar
Hidrógeno verde, el combustible del futuro
Endulzando las prácticas agrícolas
Nanopartículas luminiscentes y nuevos campos biotecnológicos de los lantánidos
Bioetanol, biodiésel y biogás: definiciones, obtención y aplicaciones
Nanotecnología hasta en las verduras
Los contaminantes orgánicos persistentes en México
Más allá de la estética, la función del color en las flores y los frutos
El estrés vegetal: principios, aplicaciones y perspectivas
El mundo dinámico de las mitocondrias
¿De dónde provienen las células troncales pluripotentes? Una mirada a sus fuentes
Nemátodos de vida libre: diversos y en todas partes
Destete eficiente, granjas porcícolas rentables
Transmisión de toxoplasmosis entre gatos y humanos
La hipertensión: ¿monoterapia o terapia combinada?
Plantas medicinales mexicanas contra la diabetes
Quetzalcoatlita: mineral descubierto en México con propiedades cuánticas
Esfuerzo cognitivo y democracia
La conspiración del silencio: mentir u ocultar la verdad
Las herramientas del lenguaje y escritura automatizada de la inteligencia artificial perjudican la formación científica
Noticias de la Academia Mexicana de Ciencias
Innovaciones tecnológicas de la UAM
Todo mundo sabe que existe un equipo de futbol llamado Real Madrid –el mejor históricamente, según la FIFA – pero pocos conocen lo que es el Club Real Madrid. No sólo abarca distintos deportes y niveles (primera, segunda, etcétera), sino que es una organización en toda regla. Su organigrama está compuesto por una presidencia, varias direcciones y subdirecciones, así como diversos departamentos. Estas oficinas se encargan no sólo de los aspectos propiamente deportivos, sino de publicidad, mercadotecnia, relaciones internacionales, etcétera. Así, divulgan y promueven lo que es el club, organizan entrevistas y conferencias de prensa, tienen tiendas donde venden camisetas y demás artículos con el logotipo del Real Madrid, e incluso realizan negocios.
Entre los distintos departamentos de su organigrama existe uno sumamente original. Es un departamento dedicado a atender las necesidades de los jugadores del primer equipo de futbol. Todo tipo de necesidades. ¿Que el jugador necesita pagar la luz o el teléfono?, el departamento se encarga. ¿Que necesita un plomero o electricista?, el departamento lo consigue. ¿Que quiere cambiar automóvil?, el departamento le pregunta qué marca y color, y se lo lleva a la puerta de su casa o del club. ¿Que es extranjero y quiere aprender español?, el mencionado departamento le consigue clases particulares en su hogar. ¿Que por la misma razón –ser extranjero–, no conoce Madrid y necesita alojamiento o siendo español quiere cambiar domicilio?, el departamento le pregunta si desea un “piso” o un “chalet” y de qué características. El jugador puede decir, por ejemplo, que desea una casa con alberca, tres habitaciones, mesa de billar y cochera para tres automóviles. El departamento hace la búsqueda y le presenta varias opciones con las citas correspondientes para que los vea y decida cuál. Una vez decidido, se ven las condiciones de pago y el club, a través de ese departamento, hace todos los trámites para que el jugador sólo tenga que firmar el contrato.
El mencionado departamento no sólo se encarga de atender las necesidades del jugador, sino sus requerimientos: boletos para conciertos o para los partidos de la Copa Davis de tenis, reservaciones en restaurantes y sitios de vacaciones, recomendación de tiendas o sastres, etcétera. La “filosofía” del club es que los jugadores del primer equipo de futbol no se distraigan con nada y dediquen toda su atención y capacidades a los entrenamientos y juegos del equipo. Nada importa si están casados o no, el club atiende por igual esas necesidades y requerimientos para que tampoco la esposa del jugador, si la tiene, tenga que ocuparse en esos menesteres o preocupar al jugador con ellos. Todo para que se dedique exclusivamente a aquello para lo que lo contrataron.
¿No es maravilloso? Y, ¿no sería lindo que algo así existiera para los investigadores (al menos para los investigadores nacionales)?
En un país como el nuestro, donde hay tantos trámites que realizar y donde casi nunca basta realizarlos una vez sino varias; donde las distancias y el tránsito hacen que pierda uno mañanas enteras en ello; donde el que le arregla una cosa en su casa le desarregla otra, ¿no sería fantástico que el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), por ejemplo, creara una oficina así? Todo con la misma “filosofía”: que los investigadores nos dedicáramos exclusivamente a nuestra tarea sin distracciones innecesarias. ¿Que hay que quejarse en la Tesorería por cobros indebidos?, la oficina del sni se encarga. ¿Que necesitamos cambiar automóvil?, el sni se ocupa. ¿Que hay que llevarlo a las verificaciones?, el sni lo lleva. ¿Que necesitamos un plomero eficaz y de confianza?, el sni lo envía.
¿No sería precioso? Como decía mi mamá, soñar no cuesta nada