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ciencia
José Manuel Serrano-Serrano y Leticia M. Ochoa-Ochoa
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Ranas que silban
entre las piedras
Las ranas de dedos libres no son popularmente conocidas, aunque algunas habitan en
ciudades de México. A pesar de que su canto puede ser reconocido por quienes viven
alrededor de sus hábitats, suele atribuirse a grillos o incluso a seres mágicos. Lo más
interesante de estas ranas es que las hembras cantan muy similar a los machos, lo que
plantea retos interesantes para la biología, que por lo general sólo reconoce la importan-
cia del canto en los machos.
En el imaginario colectivo, las ranas y sapos producen sonidos como “birip” y
“croac”. Los ambientes sonoros nocturnos en las películas nacionales y ex-
tranjeras así lo han reforzado al construir incontables veces la escenografía
sonora de un lago al lado de un bosque repitiendo una y otra vez los sonidos de
ranas norteamericanas o europeas. Pero los sonidos que producen las ranas y sapos
son bastante más diversos en las latitudes del centro y sur globales. Tanto es así
que hay especies que producen chirridos o silbidos que suelen confundirse con el
sonido de grillos o pájaros. Por ejemplo, en la Sierra Norte y Nororiental de Puebla
las personas suelen confundir el chirrido de la diminuta rana chirriadora orejona
(Eleutherodactylus verrucipes) con el tlaconete (Bolitoglossa platydactyla); pero si
bien se sabe que ambos anfibios viven entre los cultivos, vegetación y paredes de
las casas, el tlaconete es incapaz de producir sonidos (véase la Figura 1).
El canto de estas ranas es conocido por su onomatopeya: “tsurumpitpit”, nom-
bre que lleva un cortometraje documental que revela la historia de esta confusión
en comunidades totonacas.1 En otra región al sur de Puebla, el canto de la rana
fisgona deslumbrante (Eleutherodactylus nitidus) es atribuido a silbidos hechos por
duendes que intentan confundir a los caminantes nocturnos. Estas confusiones
son casi tan cómicas como enigmáticas. Asimismo, es sorprendente que muchas
personas que viven en el centro de México están rodeadas por estas ranas peque-
ñas de dedos libres que habitan en sus patios y bosques cercanos, pero pasan tan
desapercibidas que incluso no tienen un nombre coloquial. Los nombres que aquí
1 Dicho documental se puede ver gratuitamente en YouTube: ‹https://youtu.be/V2RJQD4xtRA›.
volumen 75 36 número 4